Las Aves Playeras
Las aves playeras son un grupo diverso de aves del orden Charadriiformes (incluyen chorlos, chorlitos, avocetas, ostreros y falaropos), con adaptaciones especiales para vivir en ambientes inundables como humedales, costas marinas, playas, pastizales y tundras, ya que allí encuentran el alimento en cantidad y calidad suficiente.
En todo el mundo existen unas 217 especies reconocidas de aves playeras, de las cuales 81 habitan o pasan parte de su ciclo de vida en el Continente Americano.
Aves Playeras del ANP Bahía de San Antonio
Estas son las especies de aves playeras que se pueden observar en nuestra Bahía.
¡Te invitamos a conocerlas, aprender a distinguirlas y maravillarte con sus singularidades!
Migratorias & Residentes
SIN CONOCER EL INVIERNO
Dos veces al año algunas especies migratorias de larga distancia, como los playeros rojizos, las becasas de mar, los playeritos rabadilla blanca y los playeritos blancos, viajan de un hemisferio a otro realizando uno de los mayores vuelos migratorios conocidos.
Comienzan su vida en el corto verano del Ártico e inmediaciones, para luego migrar en busca de mejores sitios de alimentación, logrando en la práctica vivir casi sin conocer el invierno.
Desde el momento que comienzan a dirigirse al sur, algunas hasta alcanzar las costas de Tierra del Fuego, se agruparán en bandadas que pueden tener cientos de individuos. Durante la migración usarán unos pocos humedales alejados miles de kilómetros entre sí, como nuestra Bahía de San Antonio, para descansar y alimentarse.
Otras especies, como el chorlito doble collar, realizan migraciones de menor alcance o pasan buena parte de su ciclo de vida sin alejarse mucho del lugar donde nacieron, moviéndose hacia el norte después de la reproducción, y antes de que lleguen los fríos más crudos a la Patagonia.
UN HOGAR PERMANENTE
La Bahía de San Antonio también alberga especies de aves playeras que hacen uso de sus costas durante todo el año. El ostrero pardo es el más característico y representativo en nuestra zona, ya que es una especie fácil de observar, que además anida y cría a sus pequeños pichones en algunos sectores de nuestras playas.
También algunos ejemplares de chorlito doble collar residen gran parte del año aquí, aunque la mayor parte de ellos prefiere migrar un poco más al sur para reproducirse y criar.
Amenazas: ¿Qué peligros enfrentan las aves playeras?
Pasar una gran parte de su vida en grupos concentrados de la misma especie o mixtos, se convierte quizás en la mayor debilidad de cara a su conservación: las amenazas y problemas en un único sitio, en un momento dado, pueden impactar a casi la totalidad de una población o al menos a una parte muy significativa de la misma.
Entre los problemas más serios que enfrentan las aves playeras en nuestro continente y que las han colocado en una situación de extrema vulnerabilidad, podemos enumerar la pérdida o degradación de los humedales que utilizan, la caza que aún se practica en ciertos sitios del Caribe y norte de América del Sur, los depredadores, el cambio climático y los disturbios en sus sitios de alimentación y descanso provocados por circulación de vehículos, perros, y personas.
Aunque quizás parezca menor, estos disturbios temporarios acumulados a lo largo del tiempo y en diversos sitios tienen graves consecuencias, ya que ocasionan estrés, impiden el descanso y la alimentación en las zonas más favorables y provocan importante gasto energético en cada vuelo trivial que se ven obligados a realizar.
Compartamos la playa
Las aves playeras utilizan algunos sectores de costa para alimentarse, descansar, anidar y cuidar a sus pichones.
Con pequeños gestos y cambios en nuestra conducta podemos reducir significativamente algunas de las amenazas que sufren, para ayudar al incremento de sus poblaciones, que han experimentado disminuciones hasta del 80% en las últimas décadas.
¿Cómo podemos ayudar?
Les compartimos estos videos realizados por la Iniciativa de Aves Playeras del Corredor del Atlántico (Atlantic Flyway Shorebird Iniciative), sobre algunos consejos útiles para cuidar a las aves playeras.